
Hematóloga
Que el coronavirus favorece la trombosis es un hecho constatado, lo cual no significa que si te infectas vas a sufrir una trombosis al 100%, ni que si has tenido una trombosis anteriormente y te contagias se va a producir una nueva, pero sí hay más probabilidad, y hay que tomar medidas para prevenirla.
El riesgo de tener una trombosis se produce por el gran fenómeno inflamatorio (tormenta inflamatoria) que se produce en la infección por coronavirus, se liberan muchísimas sustancias (citoquinas) que en principio se producen para luchar contra la infección, pero se dan de una forma tan exagerada que nos produce daño en distintos órganos del cuerpo y uno de esos lugares es la pared de los vasos sanguíneos, lesionan el endotelio ( es la capa de la pared de los vasos sanguíneos que separa o aísla a la sangre) tanto de venas como de arterias y se activa el mecanismo de la coagulación hacia la formación de trombos.
Los lugares más frecuentes en el sistema venoso son en piernas (TVP) y pulmón (embolia pulmonar)
Y en el sistema arterial, corazón (infarto de miocardio), cerebro (ictus).
La aparición de trombosis indica que estamos ante un caso de COVID-19 grave y se puede asociar con fallo multiorgánico y aumento de la mortalidad. El intenso estado protrombótico puede explicar la alta tasa de TEV a pesar de la prevención/profilaxis anticoagulante.
Las tasas de TEV varían del 1 al 6% para los pacientes hospitalizados no críticos, del 8 al 37% para la TVP y del 7 al 35% para la EP
La tasa de episodios trombóticos arteriales se sitúa entre el 2,8% y el 3,8%
En una revisión reciente del Lancet, en los que se han revisado e incluido 42 estudios que engloban a 8.271 pacientes, se observo que la incidencia de Enfermedad tromboembólica fue de un 21% y entre los pacientes ingresados en UCI la tasa subía a un 31%.
Por tanto, estate atent@ y guarda las precauciones.
Las personas con COVID-19, especialmente aquellas hospitalizadas con neumonía moderada (que requiere oxigenación suplementaria) y grave (que requiere ventilación mecánica o en estado crítico) tienen una alta incidencia de TEV, en particular de EP (embolia pulmonar). Los factores relacionados con el paciente, los relacionados con la neumonía y los relacionados con el virus aumentan el riesgo de trombosis. La hipoxia (oxigenación disminuida) también contribuye al estado protrombótico.
Se añade el riesgo de la enfermedad de base por la que está anticoagulada y el manejo de la anticoagulación en este escenario, lo más seguro en cuanto vemos variaciones en el control del anticoagulante es cambiar el anticoagulante a las heparinas evitando las interacciones con otros medicamentos necesarios y los cambios en el funcionamiento de los anticoagulantes por la intensa inflamación que se produce.
Además del riesgo aumentado por el virus se añade otro factor de riesgo, el antecedente de trombosis lo que la colocan en persona de alto riesgo de trombosis y se trata con profilaxis antitrombótica de alto riesgo.
Entonces,
Los pacientes hospitalizados por COVID-19 tienen un mayor de riesgo de enfermedad tromboembólica venosa (ETEV), en especial aquellos ingresados en las unidades de cuidados intensivos (UCI). En este contexto, muchos pacientes necesitan profilaxis o tratamiento antitrombótico.
Para indicar la profilaxis que la hacemos con heparina de bajo peso molecular (HBPM) en los pacientes con COVID-19 hay que tener en cuenta si tienen algún factor adicional de mayor riesgo de trombosis.
Son factores de mayor riesgo trombótico para las personas infectadas con COVID-19 los siguientes:
– Formas de COVID-19 grave con las siguientes alteraciones analíticas (Proteína C reactiva, Dímero D, Ferritina, Interleukina 6 elevadas) y los linfocitos disminuidos.
– Antecedentes personales o familiares de enfermedad trombótica venosa
– Antecedentes personales de enfermedad trombótica arterial
– Trombofilia biológica conocida
– Cirugía reciente
– Embarazo
– Tratamiento hormonal sustitutivo
Todos los pacientes hospitalizados con COVID-19 sin factores de mayor riesgo
de trombosis deben recibir dosis profiláctica de HBPM de forma
precoz, a menos que haya contraindicación
El tratamiento profiláctico con HBPM se mantendrá hasta el alta del paciente.
Todos los pacientes hospitalizados con COVID-19 y presencia de al menos uno
de los factores de mayor riesgo de trombosis deben recibir HBPM a dosis
profiláctica ajustada al peso (o para pacientes de mayor riesgo trombótico) de forma precoz, a menos que haya contraindicación.
En los pacientes diagnosticados de TEP o TVP la recomendación es mantener el
tratamiento anticoagulante un mínimo de 3 a 6 meses. El tratamiento de
elección tras el alta será HBPM a dosis anticoagulante cada 24 h sin
iniciar Sintrom®/Aldocumar®, para evitar desplazamientos para control de INR.
Debemos realizar una valoración individualizada de la necesidad de profilaxis
antitrombótica en función de criterios clínicos, factores de riesgo y antecedentes trombóticos personales y familiares. Si la consideramos necesaria, deben recibir HBPM a la dosis habitual de profilaxis
En cualquier caso, debemos seguir las siguientes recomendaciones
generales:
La trombosis es una más de las varias afectaciones y complicaciones producidas por Covid-19 a la que nos tenemos que enfrentar.
Soy Médico, especialista en Hematología.
De toda mi carrera profesional llevo al menos 20 años tratando personas anticoaguladas.
Entre otras sociedades, pertenezco a la Sociedad española de Trombosis y Hemostasia.